
El cerro “El Mutún” ubicado en Santa Cruz, Bolivia, contiene el yacimiento de hierro más grande del mundo, con una reserva de más de 40000 millones de toneladas de este producto. Muchos han sido los intentos de explotar esta reserva mineral, desde las actividades iniciales por parte de la Corporación Minera Boliviana en los años 70, y las primeras exportaciones realizadas por la Empresa Minera Estatal del Oriente en los años 90, así como el fracaso ocurrido con la empresa hindú Jindal Still y Power Limited, con quien el Estado contrató en 2006 para un primer proyecto de industrialización, pero que no tuvo resultados, y en cambio terminó en un arbitraje internacional.
A partir de 2016, el Estado boliviano tomó por si mismo la tarea de construir el proyecto “Complejo Siderúrgico del Mutún” a través de préstamos internacionales y la contratación de una empresa constructora China. La inversión total ronda los USD.546 millones, lo cual abarca la construcción de un complejo industrial de 42 hectáreas con siete plantas que realizarán las siguientes actividades.: Concentración, Peletización, Reducción Directa, Aceración, Laminación, Central Eléctrica y Auxiliares.
Después de más de diez años, finalmente este lunes 24 de febrero el gobierno nacional anunció que por primera vez Bolivia producirá hierro industrializado, en una cantidad aproximada de 200 mil toneladas, que se traducirían en USD.250 millones y lo cual cubriría el 50% de la demanda interna de estos materiales que son muy requeridos en la construcción. De ser así, esto aliviaría en alguna medida los elevados costos de las importaciones del rubro, en el contexto económico boliviano de escasez de divisas internacionales.
Cabe mencionar que aun existe cierto escepticismo de algunos actores, incluso de directores de la Empresa Siderúrgica del Mutún, quienes cuestionan que el complejo no se encuentre terminado al momento de su inauguración. Asimismo, se han planteado dudas sobre aspectos ambientales, sobre todo en relación al agua que se utilizará en la producción, su forma de obtención, que esté garantizada y que no genere un daño ambiental. En todo caso, este como el litio, es un recurso de gran importancia para Bolivia, que pueden ser trascendente para la recuperación económica, por lo que el proyecto debe ser impulsado y continuar, y en caso de ser necesario, debe reencaminarse por el próximo gobierno nacional.